Sesión 2
FUNCIONES POÉTICA Y
REFERENCIAL DEL LENGUAJE, ARQUETIPOS Y DESCONSTRUCCIÓN
Vamos a
completar nuestra visión general acerca de qué es la Literatura, con mayúsculas
(la Poesía) siguiendo, como hemos hecho hasta ahora, a S. Stuart Park, pues en
sus lúcidas reflexiones acerca de este fenómeno, en su repaso acerca de su
concepto, nos trae el pensamiento a este respecto de grandes nombres: Paul
Ricoeur, George Steiner, Northrop Frye y Jacques Derrida, entre otros. Sin
embargo, no haremos más que dar pinceladas muy superficiales de las ideas de
estas grandes personalidades de la erudición literaria, lingüística y filosófica por diversos motivos. Primero, por el
tiempo, pues adentrarnos en sus conceptos resultaría fascinante pero nos llevaría
bastantes sesiones. Por ello, y como segundo motivo, nos alejaríamos mucho de
lo que pretendemos, ya que estas clases están pensadas para entender y
prepararnos la asignatura de Literatura Universal; el resumen ya de por sí
breve que hace Park requiere cierta agilidad mental en el manejo de términos
filosóficos, tales como forma y sustancia, y en principio hemos de pensar que
nuestros alumnos son chicos que cursan 2º de Bachillerato (y si Ud. no lo es,
en nuestra clase ficticia sí): este es nuestro tercer motivo, el nivel conceptual
y discursivo. De hecho, estos autores mencionados son fundamentales en un 1º o
2º de Carrera Universitaria, pero no se suelen nombrar en la Educación Secundaria.
Nuestra intención para dejar
plasmadas aquí estas breves pinceladas, tal vez demasiado esquemáticas, es,
además de estimular la mente y la curiosidad de los alumnos, la de cerrar
nuestra introducción acerca del fenómeno literario. De la clase de hoy, el
alumno debe esforzarse especialmente en el tema de los tópicos literarios, que
debería conocer ya de la asignatura de Lengua Castellana y Literatura de cursos
anteriores, y al que recomendamos que se estudie concienzudamente para poderlos
identificar, entender y manejar con soltura cuando abordemos las siete obras de
lectura obligatoria.
Bien, habíamos dicho que los
textos literarios se diferencian del resto porque poseen fuerza centrípeta:
miran hacia sí mismos, más que a la realidad externa a la que parece referirse,
es decir, predomina en ellos la Función Poética sobre la Función Referencial. La obra literaria
atrae al lector hacia ella misma, más que a lo que hace referencia del mundo
exterior, del mundo real. Elementos que consiguen que el texto atraiga hacia sí
mismo, como bien apunta Park, son el uso del verso, por ejemplo, o en la novela
el predominio de “la trama, el suspense, aparición, reaparición” (Park, p. 20),
técnicas como el flash-back y el flash-forward, etc. Por eso es muy importante, dicho sea de paso,
que el alumno no sólo conozca y reconozca tópicos literarios, sino asimismo
figuras retóricas, como la metáfora, y las características y convenciones de
los géneros literarios, pues necesitará estos conocimientos para abordar el
comentario de textos literarios, ya sea en Literatura Universal como en Lengua
Castellana y Literatura.
Los textos no literarios poseen
fuerza centrífuga con respecto a ellos mismos: no predominará la Función
Poética, sino otra, sobre todo la Referencial o Representativa, es decir, usan
el lenguaje para referirse al mundo real, de manera objetiva. No obstante, sin
ser la predominante, en los textos literarios también existe Función Referencial,
pues si no existiera no se entenderían (lo cual nos acercaría a la poesía
experimental, del absurdo y, en última instancia, a la pronunciación de meras
sílabas sin sentido, como sucede en algunos textos vanguardistas, por ejemplo y sobre todo la poesía fonética de Dada, los poemas mudos de Morgestern o Man Ray, el ultraísmo, o el creacionismo de Vicente Huidobro).
Pero en la mayoría de las obras literarias se hace referencia al mundo exterior. La literatura es mimética, imita el mundo real, pero sin copiarlo: lo re-crea, lo re-hace partiendo de él e introduciendo variantes en el proceso creador. Estamos aludiendo a la mimesis aristotélica. Tal y como apunta Park, esta referencia a lo exterior a la obra, esta referencia a la realidad de un modo u otro, es lo que diferencia a la literatura de la música. Al fin y al cabo, la música usa como material notas, acordes y escalas, y la pintura llamada abstracta líneas y colores, pero la obra literaria usa el lenguaje, y el lenguaje signos con significante y significado, y ese significado apunta, de un modo u otro, al exterior, así como la pintura realista a figuras humanas y paisajes naturales. Hay, pues, cierta fuerza centrífuga en los textos literarios, aunque no se impone; como así es posible que exista cierta fuerza centrípeta (digamos, belleza y originalidad) en textos no literarios, como ya dijimos en la clase anterior, aunque no sea la predominante.
Pero en la mayoría de las obras literarias se hace referencia al mundo exterior. La literatura es mimética, imita el mundo real, pero sin copiarlo: lo re-crea, lo re-hace partiendo de él e introduciendo variantes en el proceso creador. Estamos aludiendo a la mimesis aristotélica. Tal y como apunta Park, esta referencia a lo exterior a la obra, esta referencia a la realidad de un modo u otro, es lo que diferencia a la literatura de la música. Al fin y al cabo, la música usa como material notas, acordes y escalas, y la pintura llamada abstracta líneas y colores, pero la obra literaria usa el lenguaje, y el lenguaje signos con significante y significado, y ese significado apunta, de un modo u otro, al exterior, así como la pintura realista a figuras humanas y paisajes naturales. Hay, pues, cierta fuerza centrífuga en los textos literarios, aunque no se impone; como así es posible que exista cierta fuerza centrípeta (digamos, belleza y originalidad) en textos no literarios, como ya dijimos en la clase anterior, aunque no sea la predominante.
Sin embargo, esta mimesis, este
parecido con la realidad, esta referencia al mundo exterior, es sólo un sostén,
una estructura o punto de partida: el lenguaje que usamos para referirnos a la
realidad que nos circunda es usado con otra función, la poética, que le dota de
nuevos sentidos y múltiples significados, gracias, como hemos dicho, al uso de
la metáfora.
Entonces, si la realidad está
ahí, la podemos disfrutar y vivir, la podemos investigar y desentrañar desde un
punto de vista científico y objetivo, ¿por qué imitarla? O lo que es lo mismo:
¿Por qué tiene que existir el arte?, se preguntaba Steiner. Si apenas conocemos
bien el mundo, ¿por qué crear mundos de ficción? Y Steiner contesta (sigo a
Park): “Hay creación estética porque hay creación”. Ni la ciencia ni las
matemáticas explican “el hecho de que el mundo es cuando podría no haber sido”. Luis Miguel Isava expone:
Para Steiner la literatura, así como la música, la pintura y el arte en general, es casi lo humano por excelencia: allí el hombre alcanza definición y realidad, es decir, sentido. Por ello, oponiéndose solitaria y valientemente al coro de la crítica más reciente, nos invita a llevar a cabo un acto fundamental —pues en él nos va el ser—, un acto decisivo: “saltar al sentido”, redescubrir la verdad “suprimida” de que las obras dicen algo, algo crucial que hemos olvidado o perdido. Apoyándose en lo que considera uno de los aspectos fundamentales en la obra de sus maestros, Walter Benjamín y Martin Heidegger, reivindica para sí un papel a la vez modesto y central: el de maître à lire (maestro de la lectura), capaz de reconocer la iluminación que se produce en la lectura y entregado a la paciente labor de transmitir esa experiencia que es a un tiempo personal y trascendente. La literatura nos informa —en el sentido etimológico de la palabra—, revela al mundo y nos revela, “encarna una presencia real de ser significante”. Lamentablemente esto ha dejado hace mucho de ser una evidencia. ¿No es hora ya de que la voz de una conciencia lúcida nos la devuelva y con ella la posibilidad de ser hombres articulados e integrales? Por encima del espectro de estos tiempos, quizá haya que comprometerse con la apuesta que presenta Steiner; no hacerlo sería tal vez negarnos, entregarnos a una escandalosa autoanulación.
Así, para Steiner el artista es una especie de dios que hace una contra-creación, encorajinado por ser el segundo (el primero es Dios) y, por tanto, compitiendo con él. De ahí que en toda obra literaria, en mayor o menor grado, aparezcan cuestiones trascendentes: si existe Dios, por qué existe el ser humano, su destino, sus temores, sueños y deseos, … El ejemplo de frase emblemática de la literatura que menciona Park no deja lugar a dudas: To be, or not to be; that is the question.
Para Steiner la literatura, así como la música, la pintura y el arte en general, es casi lo humano por excelencia: allí el hombre alcanza definición y realidad, es decir, sentido. Por ello, oponiéndose solitaria y valientemente al coro de la crítica más reciente, nos invita a llevar a cabo un acto fundamental —pues en él nos va el ser—, un acto decisivo: “saltar al sentido”, redescubrir la verdad “suprimida” de que las obras dicen algo, algo crucial que hemos olvidado o perdido. Apoyándose en lo que considera uno de los aspectos fundamentales en la obra de sus maestros, Walter Benjamín y Martin Heidegger, reivindica para sí un papel a la vez modesto y central: el de maître à lire (maestro de la lectura), capaz de reconocer la iluminación que se produce en la lectura y entregado a la paciente labor de transmitir esa experiencia que es a un tiempo personal y trascendente. La literatura nos informa —en el sentido etimológico de la palabra—, revela al mundo y nos revela, “encarna una presencia real de ser significante”. Lamentablemente esto ha dejado hace mucho de ser una evidencia. ¿No es hora ya de que la voz de una conciencia lúcida nos la devuelva y con ella la posibilidad de ser hombres articulados e integrales? Por encima del espectro de estos tiempos, quizá haya que comprometerse con la apuesta que presenta Steiner; no hacerlo sería tal vez negarnos, entregarnos a una escandalosa autoanulación.
Así, para Steiner el artista es una especie de dios que hace una contra-creación, encorajinado por ser el segundo (el primero es Dios) y, por tanto, compitiendo con él. De ahí que en toda obra literaria, en mayor o menor grado, aparezcan cuestiones trascendentes: si existe Dios, por qué existe el ser humano, su destino, sus temores, sueños y deseos, … El ejemplo de frase emblemática de la literatura que menciona Park no deja lugar a dudas: To be, or not to be; that is the question.
Por eso Northrop Frye señala a
estructuras que valen para toda obra literaria de calidad y que se repiten una
y otra vez a lo largo del tiempo: los ARQUETIPOS esenciales, “mitos universales
hechos forma por medio de recurrentes símbolos poéticos” (Park, p. 23), que se
constituyen en “principio coordinador e hipótesis central” de toda la
literatura, identificado con el mito de la Gesta Heroica, y se pueden encontrar
en todas las grandes obras literarias (Homero, Dante, Shakespeare, Cervantes,
Milton, Kafka, Proust, Joyce, …). Sus fases son cuatro (Park, p. 24):
1ª) LA FASE DE LA AURORA,
PRIMAVERA Y NACIMIENTO. Los mitos del nacimiento del héroe, de la resurrección,
de la creación, de la derrota sobre los poderes de la oscuridad del invierno y
de la muerte. Personajes subordinados: el padre y la madre. Es el arquetipo
romántico.
2ª) LA FASE DEL CENIT, VERANO, Y
MATRIMONIO O TRIUNFO. Los mitos de la apoteosis, del matrimonio sagrado y de la
entrada en el Paraíso. Personajes subordinados: el compañero y la esposa. Es el
arquetipo cómico, pastoral e idílico.
3ª) LA FASE DEL OCASO, OTOÑO Y
MUERTE. Mitos de la caída, de dioses moribundos, de la muerte violenta y del
sacrificio, del aislamiento del héroe. Personajes subordinados: el traidor y la
sirena. Es el arquetipo de la tragedia y de la elegía.
4ª) LA FASE DE OSCURIDAD,
INVIERNO Y DISOLUCIÓN. Los mitos del triunfo de dichos poderes: mitos de
diluvios y del regreso al caos, de la derrota del héroe, los mitos del Ocaso de
los Dioses. Personajes subordinados: el ogro y la bruja. Es el arquetipo de la
sátira.
El soñar y el despertar, la
realidad y el deseo, la luz y la oscuridad, se vinculan al hecho literario
desde el punto de vista de Frye, de una manera muy interesante pero en la que,
por desgracia, no nos podemos detener. La literatura resuelve una extraña paradoja
relacionada con la luz y la oscuridad, el deseo y la realidad del ser humano.
En toda la literatura encontramos dos visiones: la cómica y la trágica. El
alumno que tenga curiosidad por profundizar un poco en estas ideas de Frye, que
me lo diga, y ya veremos qué se puede hacer.
Sin embargo, después de todo lo
dicho, los textos difíciles del filósofo francés Jacques Derrida y su concepto
de desconstrucción pretenden tirar por
tierra todas estas visiones y teorías humanísticas, aludiendo al eco del eco, al comentario del comentario, conceptos todos ellos, como la propia teoría de la desconstrucción, que se nos escapan aquí y a los que no podemos dar lugar por falta de espacio, como ya anunciamos.
TÓPICOS
LITERARIOS
Los TÓPICOS LITERARIOS, también
llamados lugares comunes, son
fórmulas temáticas o conceptuales que aparecen a lo largo de toda la Historia de
la Literatura, pues hacen referencia a temas universales: ya hemos mencionado
antes el valor trascendente de la literatura. Aparecen constantemente porque
tocan impulsos, inquietudes y necesidades inherentes al ser humano.
Un tópico literario NO es el tema de
ningún texto, pues cuando buscamos determinar el tema de una obra literaria o
un fragmento de esta debemos concretar qué se dice en base a personajes,
circunstancias, hechos, sentimientos, … Sin embargo, a la hora de exponer el
tema, como bien apunta Aguilera Ochoa (p. 25), debemos estar atentos en
identificar y señalar los tópicos que aparecen y su vinculación con la época y
las circunstancias de la obra.
Los tópicos literarios apuntan a
grandes temas: AMOR-VIDA-PASO DEL TIEMPO-MUERTE. Tal y como se formulan, es
posible decir que proceden, o bien de la Biblia, o bien de la cultura clásica
greco-latina (la mayoría de ellos tienen nombres latinos); si bien, dado lo
universal y humano de estos tópicos, esperamos encontrarlos en cualquier
literatura. Mencionamos aquí los más frecuentes, los mismos que explica C.
Aguilera Ochoa (p. 25), al que remitimos, y que seguramente conocerás de Lengua
Castellana y Literatura de otros cursos, especialmente de 1º de Bachillerato:
DEL TRANSCURSO DEL TIEMPO (Now I know the only foe is time, G. Edge, The Moody Blues). Tópicos:
1. Tempus fugit: El tiempo huye, se escapa. Nuestra
vida pasa en un visto y no visto, es “como un soplo” (Job 7: 7).
2.
Carpe diem: Puesto que nuestra vida es breve, aprovecha
el día, aprovecha el tiempo. Su significado adquiere matices según la
época, desde que apareciera en Horacio (Odas, I, 11). Puede referirse a disfrutar
de la vida o a aprovechar el tiempo para realizar cosas de provecho.
3.
Collige, virgo, rosas: Recoge,
jovencita, las rosas, es decir, recoge los frutos de tu juventud que, como
la rosa, se marchita pronto. Es otra manera de expresarse el carpe diem; en este caso, el origen es
Ausonio.
4.
Homo viator: El hombre caminante. La vida es un caminar (el camino es el
transcurso del tiempo desde el nacimiento hasta la muerte). Jorge Manrique
decía: “Esta vida es el camino / para el
otro, que es morada / sin pesar” y también “Nuestras vidas son los ríos”. Los pasos que se dan son las
decisiones que se toman, la trayectoria que le damos a nuestra existencia. Por
tanto, se vincula a los tópicos de la vida, pero también a los del transcurso
del tiempo: el Carpe diem, desde un punto de vista cristiano, o sencillamente
del aprovechamiento del tiempo, te señalará lo apropiado de elegir buenos
pasos.
DE
LA VIDA (Isn’t life strange?, J. Lodge, The Moody Blues). Tópicos:
5. La Fortuna: Que rige caprichosamente el destino de los seres humanos con su
rueda. Es opuesta a lo que hemos dicho anteriormente de las decisiones y los
pasos. Hoy estás arriba y mañana abajo, y viceversa, por buena o mala suerte.
6.
Locus amoenus: Lugar ameno, lugar agradable, naturaleza
idealizada reflejo del Paraíso. Es la localización de las églogas.
7.
Beatus ille: Felices aquellos que viven sin ambición,
aquellos que eligen una vida de paz, retirada y apacible. Reflejo de la vida en
el Paraíso en la Edad Dorada. Tópico de Horacio.
8.
Vanitas vanitatis: Vanidad de vanidades, dijo el predicador
(Eclesiastés 1: 2). Lo que ambiciona el hombre, aquello por lo que se afana
(riquezas, fama, belleza, …) es vanidad, no vale para nada todos nuestros
trabajos en la tierra para alcanzarlos: al fin, mueres y, ¿para qué? ¿Qué es lo
que merece, entonces, la pena? Este tópico se relaciona con los anteriores del
transcurso del tiempo y con los siguientes de la muerte.
9.
La vida es sueño: Eso que nosotros creemos, que la vida es real, es
realmente un sueño. Pasa muy rápido y entonces accedemos a la verdadera vida.
Calderón lo plasmó en su obra La vida es
sueño y también en el Gran teatro del
mundo: esta vida es como una representación teatral donde cada uno
interpreta el papel que le toca (Fortuna): uno es rey, el otro un siervo. Sin embargo,
cuando acaba la obra (la vida) cada uno deja sus disfraces (corona, harapos, …)
y pasan a la verdadera vida (los personajes no eran más que actores): aquí se
ve el poder igualatorio de la muerte. Lo que creemos real no es más que un
sueño: si has visto la película Matrix
tal vez entiendas mejor este tópico.
DE LA MUERTE Y EL AMOR QUE VA MÁS ALLÁ. Tópicos:
10.
El poder igualatorio de la
muerte: La muerte
nos hace a todos iguales, acabando con las discriminaciones y las clases
sociales, pues todos tenemos que morir.
11. Memento mori: Recuerda que morirás. Tener conciencia de que somos mortales puede influir para que cambiemos de estilo de vida. Es el fraile o santo con la calavera de un amigo muerto cerca, para no olvidar este hecho. Ser o no ser, he ahí la cuestión, decía Hamlet.
11. Memento mori: Recuerda que morirás. Tener conciencia de que somos mortales puede influir para que cambiemos de estilo de vida. Es el fraile o santo con la calavera de un amigo muerto cerca, para no olvidar este hecho. Ser o no ser, he ahí la cuestión, decía Hamlet.
12.
Ubi sunt?: ¿Dónde están? Todos aquellos hechos,
objetos y personas que tanto influyeron, ¿ahora dónde están? No están, han
desaparecido, han muerto (de nuevo, el tamo que arrebata el viento, la
fugacidad de la vida). Ya no existen y apenas se recuerdan. Dentro de unos diez
años, pregúntate si los jóvenes que entonces tendrán tu edad saben quiénes
son los cantantes o futbolistas que
ahora te gustan; acuérdate del actual presidente del gobierno y de los
problemas que te preocupan. ¿Dónde estarán?
13.
Amor post mortem: Amor más allá
de la muerte. El amor es más poderoso que la muerte y la trasciende.
Un listado más amplio, en
http://www.materialesdelengua.org/LITERATURA/TEORIA_LITERARIA/TOPICOS/topicos.htm
http://www.materialesdelengua.org/LITERATURA/TEORIA_LITERARIA/TOPICOS/topicos.htm
http://ellaberintodelostopicos.blogspot.com.es/2010/06/listado-de-topicos-literarios.html
He dejado una presentación en Power Point en http://cms.manojitos-de-mirra.webnode.es/literatura-universal/
Ejercicio 1. Repasa las cuatro fases de los arquetipos de Frye y enumera cuatro películas relacionadas con cada una de esas fases.
He dejado una presentación en Power Point en http://cms.manojitos-de-mirra.webnode.es/literatura-universal/
Ejercicio 1. Repasa las cuatro fases de los arquetipos de Frye y enumera cuatro películas relacionadas con cada una de esas fases.
Si
respondes de manera satisfactoria, estoy dispuesto a darte hasta 0’05 puntos de
aprobación.
Ejercicio 2. a) Copia otras definiciones de los tópicos literarios mencionados, usando como fuentes de información libros de texto de ESO o Bachillerato, o bien páginas web; si no de todos, sí al menos de todos cuanto puedas (0'07 ptos. de aprobación). b) Amplía la información con respecto a lo que significa cada uno, para que te quede más claro; si es necesario, incluye ejemplos (0'1 pto. de aprobación). c) Por último, localiza las fuentes de los tópicos (muchos los he mencionado, pero quiero que traigas los textos de donde proceden originalmente; 0'1 pto.).
Ejercicio 3. Lee los primeros cincuenta versos del Canto VI de Altazor, de Vicente Huidobro, y haz su resumen, o bien explica por qué no puedes hacer ese resumen, si cada palabra que aparece allí tiene un significado y las oraciones parecen bien construidas.
Hasta 0,03 ptos. de aprobación.
El texto lo hemos tomado de http://www.vicentehuidobro.uchile.cl/altazor_canto6.htm, por si deseas leerlo al completo:
Ejercicio 3. Lee los primeros cincuenta versos del Canto VI de Altazor, de Vicente Huidobro, y haz su resumen, o bien explica por qué no puedes hacer ese resumen, si cada palabra que aparece allí tiene un significado y las oraciones parecen bien construidas.
Hasta 0,03 ptos. de aprobación.
El texto lo hemos tomado de http://www.vicentehuidobro.uchile.cl/altazor_canto6.htm, por si deseas leerlo al completo:
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