lunes, 4 de noviembre de 2019


EL GATO 


Su mirada carecía de luz cuando observaba el reloj. Las horas, los minutos, los segundos, los instantes, los pálpitos, las eternidades, cualquier unidad de tiempo podía servirle para conocer cuándo entrar a trabajar, cuándo llamar a mamá, cuándo celebrar la Nochebuena, cuándo ver las noticias o cuándo acudir a una nueva entrevista. El tic-tac del reloj, ¡tan antiguo!, del salón le proporcionaba una calma familiar que apreciaba, aunque lo disimulaba, mostrando fingida indiferencia, tratando de no pensar que era así, que era el susurro que acompañaba a sus sollozos en su soledad de los domingos por la tarde, como quien calla palabras y contiene gestos, para que no se sepa lo que ya se sabe. Acariciaba su mente el sonido pendular, como si le fueran masajeando las sienes sentado en una barca que avanza lentamente y siempre hacia delante, con los ojos cerrados, olvidado del fluir, de su avance inexorable y monótono. ¡Ese salón…! Dos cuadros de Lola Montero, luz tenue, varias figurillas de Eva Galli; los libros seleccionados por la belleza de su edición, la hermosura de sus lomos y la perfecta concordancia y simetría puestos unos junto a otros; azulejos enmarcados, un grabado del XIX, … eran equilibrio, La figurilla del gato tal vez podría desentonar, pero no lo hacía. Estaba puesto sobre el reloj de tal manera que no hacía estridencia. Era un gato sugerido, casi ninguna visita lo descubría, pero él siempre lo tenía presente. Las rosas, siempre frescas en el jarrón, hacían de escondite travieso al gato de mirada perdida. Pero él lo observaba cada cierto tiempo. Sus ojos desprendían luz siempre que lo miraba, y lo miraba con asiduidad. Como si descubriese ese objeto de silueta felina con nueva sorpresa cada vez, rodeado de otros tantos; siempre allí, se sentaba en el sofá y de tanto en tanto lo miraba con tranquila inquietud.

         Su color rosado lo contrariaba. Un color bugambilia (en cualquiera de las tonalidades, desde el morado al magenta, pasando por el suave violeta agapanthus), en el pelaje del gato le mantenía en su rutina, pero, según sus cálculos, el azul tendría que haber llegado ya.

         Estaba impaciente. Tenía una cita. ¡Con ella! Con ella… Una cita… La recordaba mirando de soslayo. De reojo, casi. En su pensamiento aparece su imagen un poco de perfil, a contracorriente amable del eje de profundidad, con su sonrisa envolvente y su mirada señalando hacia un camino escondido, secreto, presagio de una ruta acertada y desconcertante a un tiempo, una senda de vitalidad in crescendo. ¿De qué color eran sus ojos? Eran más oscuros de lo que podría pensarse: eso era por la luz que desprendían, los hacía aparentar más claros. Sus ojos…

         Tenía una cita. ¡Cómo la deseaba, esa cita! El encuentro, en el momento acordado. El lugar era su trozo de cielo. Lo llamaban así, el cielo, porque era el parque donde jugaban cuando eran como ángeles, ¡quién lo diría!, ha cambiado tan poco… Y en ese cielo había un pedazo. La rayuela se marcaba siempre ahí, ella jugaba mucho ahí, el balón tantas veces acababa ahí, él fue tantas veces a por el balón, ¡qué indiferencia entre ambos en aquel paraíso…!

         Allí habían quedado. Ese era el lugar. ¿Cuándo? El tiempo atmosférico lo decidiría. Tres de noviembre. ¡Qué calor! No era normal. ¿Esto merece el nombre de otoño? ¡Cómo puede ser! El gato no se tornasola, la soledad sigue en su tic-tac. Este tres de noviembre no será.

         Releer a Papini no le apetece. Abrir La Regenta al azar y rememorar pasajes le daba algo de miedo. Mejor lo nuevo, Grecia, de Juan Vicente Piqueras, no está terminado aún, y es tan delicioso…

         Dejó de oír el reloj absorto en la lectura; extraía de los versos pensamientos salados, viajeros y alumbrados, pero presagió de súbito una estrella. Como quien mira al cielo buscándola, un haz celeste guio su mirada al gato.

         Gato azul.

         El gato se había puesto azul. Apartó la cortina y el visillo de una vez: el día se había puesto oscuro, oscuridad de dolor de cabeza y rodillas, oscuridad mensajera de un encuentro.

         “Romperá a llover”, pensó. “La lluvia no ha empezado, aunque me envuelve” – y abrió la ventana para sentir la humedad y dejar que le cubriese el rostro. Y dejó abierta la ventana cuando echó a correr.

         Echó a correr. La gente corría hacia sus casas, hacia tiendas, hacia refugios improvisados para no empaparse, y él corría hacia fuera, irrefrenable, confundidas sus lágrimas gruesas con el agua que salpicaba su cara, hacia su trozo de cielo, entre sollozos, el parque cerrado, irrefrenable, salta la valla, con su rumbo claro, ya había llegado la hora, era el día, tenía que estar en el minuto acordado, con el mismo ímpetu que cuando iba a por el balón perdido en su infancia, tenía que estar en el segundo exacto, en el pálpito exacto, ¡y ya llovía!, a su cielo, a su trozo de cielo en su eternidad exacta.

         Y se paró. Llegó. A tiempo. Cuando más arreciaba. Sin abrigo. Cerró los ojos. Y allí estaba ella. La veía, justo en frente. Sus cabellos de un negro más bello que la propia oscuridad de un tres de noviembre que sorprendió a todos. Se miraban con ojos luminosos. Ella casi de reojo, su sonrisa envolvente, su risa vibrante, de alegría reposada y paz gozosa. “Todo está bien. Mi vida, todo está bien”.


jueves, 22 de agosto de 2013

Clase 2: ARQUETIPOS Y TÓPICOS

Sesión 2

FUNCIONES POÉTICA Y REFERENCIAL DEL LENGUAJE, ARQUETIPOS Y DESCONSTRUCCIÓN

                Vamos a completar nuestra visión general acerca de qué es la Literatura, con mayúsculas (la Poesía) siguiendo, como hemos hecho hasta ahora, a S. Stuart Park, pues en sus lúcidas reflexiones acerca de este fenómeno, en su repaso acerca de su concepto, nos trae el pensamiento a este respecto de grandes nombres: Paul Ricoeur, George Steiner, Northrop Frye y Jacques Derrida, entre otros. Sin embargo, no haremos más que dar pinceladas muy superficiales de las ideas de estas grandes personalidades de la erudición literaria, lingüística y filosófica por diversos motivos. Primero, por el tiempo, pues adentrarnos en sus conceptos resultaría fascinante pero nos llevaría bastantes sesiones. Por ello, y como segundo motivo, nos alejaríamos mucho de lo que pretendemos, ya que estas clases están pensadas para entender y prepararnos la asignatura de Literatura Universal; el resumen ya de por sí breve que hace Park requiere cierta agilidad mental en el manejo de términos filosóficos, tales como forma y sustancia, y en principio hemos de pensar que nuestros alumnos son chicos que cursan 2º de Bachillerato (y si Ud. no lo es, en nuestra clase ficticia sí): este es nuestro tercer motivo, el nivel conceptual y discursivo. De hecho, estos autores mencionados son fundamentales en un 1º o 2º de Carrera Universitaria, pero no se suelen nombrar en la Educación Secundaria.
Nuestra intención para dejar plasmadas aquí estas breves pinceladas, tal vez demasiado esquemáticas, es, además de estimular la mente y la curiosidad de los alumnos, la de cerrar nuestra introducción acerca del fenómeno literario. De la clase de hoy, el alumno debe esforzarse especialmente en el tema de los tópicos literarios, que debería conocer ya de la asignatura de Lengua Castellana y Literatura de cursos anteriores, y al que recomendamos que se estudie concienzudamente para poderlos identificar, entender y manejar con soltura cuando abordemos las siete obras de lectura obligatoria.
Bien, habíamos dicho que los textos literarios se diferencian del resto porque poseen fuerza centrípeta: miran hacia sí mismos, más que a la realidad externa a la que parece referirse, es decir, predomina en ellos la Función Poética sobre la Función Referencial. La obra literaria atrae al lector hacia ella misma, más que a lo que hace referencia del mundo exterior, del mundo real. Elementos que consiguen que el texto atraiga hacia sí mismo, como bien apunta Park, son el uso del verso, por ejemplo, o en la novela el predominio de “la trama, el suspense, aparición, reaparición” (Park, p. 20), técnicas como el flash-back y el flash-forward, etc.  Por eso es muy importante, dicho sea de paso, que el alumno no sólo conozca y reconozca tópicos literarios, sino asimismo figuras retóricas, como la metáfora, y las características y convenciones de los géneros literarios, pues necesitará estos conocimientos para abordar el comentario de textos literarios, ya sea en Literatura Universal como en Lengua Castellana y Literatura.
Los textos no literarios poseen fuerza centrífuga con respecto a ellos mismos: no predominará la Función Poética, sino otra, sobre todo la Referencial o Representativa, es decir, usan el lenguaje para referirse al mundo real, de manera objetiva. No obstante, sin ser la predominante, en los textos literarios también existe Función Referencial, pues si no existiera no se entenderían (lo cual nos acercaría a la poesía experimental, del absurdo y, en última instancia, a la pronunciación de meras sílabas sin sentido, como sucede en algunos textos vanguardistas, por ejemplo y sobre todo la poesía fonética de Dada, los poemas mudos de Morgestern o Man Ray, el ultraísmo, o el creacionismo de Vicente Huidobro). 
Pero en la mayoría de las obras literarias se hace referencia al mundo exterior. La literatura es mimética, imita el mundo real, pero sin copiarlo: lo re-crea, lo re-hace partiendo de él e introduciendo variantes en el proceso creador. Estamos aludiendo a la mimesis aristotélica. Tal y como apunta Park, esta referencia a lo exterior a la obra, esta referencia a la realidad de un modo u otro, es lo que diferencia a la literatura de la música. Al fin y al cabo, la música usa como material notas, acordes y escalas, y la pintura llamada abstracta líneas y colores, pero la obra literaria usa el lenguaje, y el lenguaje signos con significante y significado, y ese significado apunta, de un modo u otro, al exterior, así como la pintura realista a figuras humanas y paisajes naturales. Hay, pues, cierta fuerza centrífuga en los textos literarios, aunque no se impone; como así es posible que exista cierta fuerza centrípeta (digamos, belleza y originalidad) en textos no literarios, como ya dijimos en la clase anterior, aunque no sea la predominante.
Sin embargo, esta mimesis, este parecido con la realidad, esta referencia al mundo exterior, es sólo un sostén, una estructura o punto de partida: el lenguaje que usamos para referirnos a la realidad que nos circunda es usado con otra función, la poética, que le dota de nuevos sentidos y múltiples significados, gracias, como hemos dicho, al uso de la metáfora.
Entonces, si la realidad está ahí, la podemos disfrutar y vivir, la podemos investigar y desentrañar desde un punto de vista científico y objetivo, ¿por qué imitarla? O lo que es lo mismo: ¿Por qué tiene que existir el arte?, se preguntaba Steiner. Si apenas conocemos bien el mundo, ¿por qué crear mundos de ficción? Y Steiner contesta (sigo a Park): “Hay creación estética porque hay creación”. Ni la ciencia ni las matemáticas explican “el hecho de que el mundo es cuando podría no haber sido”. Luis Miguel Isava expone:

Para Steiner la literatura, así como la música, la pintura y el arte en general, es casi lo humano por excelencia: allí el hombre alcanza definición y realidad, es decir, sentido. Por ello, oponiéndose solitaria y valientemente al coro de la crítica más reciente, nos invita a llevar a cabo un acto fundamental —pues en él nos va el ser—, un acto decisivo: “saltar al sentido”, redescubrir la verdad “suprimida” de que las obras dicen algo, algo crucial que hemos olvidado o perdido. Apoyándose en lo que considera uno de los aspectos fundamentales en la obra de sus maestros, Walter Benjamín y Martin Heidegger, reivindica para sí un papel a la vez modesto y central: el de maître à lire (maestro de la lectura), capaz de reconocer la iluminación que se produce en la lectura y entregado a la paciente labor de transmitir esa experiencia que es a un tiempo personal y trascendente. La literatura nos informa —en el sentido etimoló­gico de la palabra—, revela al mundo y nos revela, “encarna una presencia real de ser significante”. Lamentablemente esto ha dejado hace mucho de ser una evi­dencia. ¿No es hora ya de que la voz de una conciencia lúcida nos la devuelva y con ella la posibilidad de ser hombres articulados e integrales? Por encima del espectro de estos tiempos, quizá haya que comprometerse con la apuesta que presenta Steiner; no hacerlo sería tal vez negarnos, entregarnos a una escandalosa autoanulación.

Así, para Steiner el artista es una especie de dios que hace una contra-creación, encorajinado por ser el segundo (el primero es Dios) y, por tanto, compitiendo con él. De ahí que en toda obra literaria, en mayor o menor grado, aparezcan cuestiones trascendentes: si existe Dios, por qué existe el ser humano, su destino, sus temores, sueños y deseos, … El ejemplo de frase emblemática de la literatura que menciona Park no deja lugar a dudas: To be, or not to be; that is the question.

              

Por eso Northrop Frye señala a estructuras que valen para toda obra literaria de calidad y que se repiten una y otra vez a lo largo del tiempo: los ARQUETIPOS esenciales, “mitos universales hechos forma por medio de recurrentes símbolos poéticos” (Park, p. 23), que se constituyen en “principio coordinador e hipótesis central” de toda la literatura, identificado con el mito de la Gesta Heroica, y se pueden encontrar en todas las grandes obras literarias (Homero, Dante, Shakespeare, Cervantes, Milton, Kafka, Proust, Joyce, …). Sus fases son cuatro (Park, p. 24):
1ª) LA FASE DE LA AURORA, PRIMAVERA Y NACIMIENTO. Los mitos del nacimiento del héroe, de la resurrección, de la creación, de la derrota sobre los poderes de la oscuridad del invierno y de la muerte. Personajes subordinados: el padre y la madre. Es el arquetipo romántico.
                     
2ª) LA FASE DEL CENIT, VERANO, Y MATRIMONIO O TRIUNFO. Los mitos de la apoteosis, del matrimonio sagrado y de la entrada en el Paraíso. Personajes subordinados: el compañero y la esposa. Es el arquetipo cómico, pastoral e idílico.
                      

3ª) LA FASE DEL OCASO, OTOÑO Y MUERTE. Mitos de la caída, de dioses moribundos, de la muerte violenta y del sacrificio, del aislamiento del héroe. Personajes subordinados: el traidor y la sirena. Es el arquetipo de la tragedia y de la elegía.
                       
4ª) LA FASE DE OSCURIDAD, INVIERNO Y DISOLUCIÓN. Los mitos del triunfo de dichos poderes: mitos de diluvios y del regreso al caos, de la derrota del héroe, los mitos del Ocaso de los Dioses. Personajes subordinados: el ogro y la bruja. Es el arquetipo de la sátira.
                       
El soñar y el despertar, la realidad y el deseo, la luz y la oscuridad, se vinculan al hecho literario desde el punto de vista de Frye, de una manera muy interesante pero en la que, por desgracia, no nos podemos detener. La literatura resuelve una extraña paradoja relacionada con la luz y la oscuridad, el deseo y la realidad del ser humano. En toda la literatura encontramos dos visiones: la cómica y la trágica. El alumno que tenga curiosidad por profundizar un poco en estas ideas de Frye, que me lo diga, y ya veremos qué se puede hacer.
Sin embargo, después de todo lo dicho, los textos difíciles del filósofo francés Jacques Derrida y su concepto de desconstrucción pretenden tirar por tierra todas estas visiones y teorías humanísticas, aludiendo al eco del eco, al comentario del comentario, conceptos todos ellos, como la propia teoría de la desconstrucción, que se nos escapan aquí y a los que no podemos dar lugar por falta de espacio, como ya anunciamos.

TÓPICOS LITERARIOS

            Los TÓPICOS LITERARIOS, también llamados lugares comunes, son fórmulas temáticas o conceptuales que aparecen a lo largo de toda la Historia de la Literatura, pues hacen referencia a temas universales: ya hemos mencionado antes el valor trascendente de la literatura. Aparecen constantemente porque tocan impulsos, inquietudes y necesidades inherentes al ser humano.
            Un tópico literario NO es el tema de ningún texto, pues cuando buscamos determinar el tema de una obra literaria o un fragmento de esta debemos concretar qué se dice en base a personajes, circunstancias, hechos, sentimientos, … Sin embargo, a la hora de exponer el tema, como bien apunta Aguilera Ochoa (p. 25), debemos estar atentos en identificar y señalar los tópicos que aparecen y su vinculación con la época y las circunstancias de la obra.
            Los tópicos literarios apuntan a grandes temas: AMOR-VIDA-PASO DEL TIEMPO-MUERTE. Tal y como se formulan, es posible decir que proceden, o bien de la Biblia, o bien de la cultura clásica greco-latina (la mayoría de ellos tienen nombres latinos); si bien, dado lo universal y humano de estos tópicos, esperamos encontrarlos en cualquier literatura. Mencionamos aquí los más frecuentes, los mismos que explica C. Aguilera Ochoa (p. 25), al que remitimos, y que seguramente conocerás de Lengua Castellana y Literatura de otros cursos, especialmente de 1º de Bachillerato:

DEL TRANSCURSO DEL TIEMPO (Now I know the only foe is time, G. Edge, The Moody Blues). Tópicos:

1.     Tempus fugit: El tiempo huye, se escapa. Nuestra vida pasa en un visto y no visto, es “como un soplo” (Job 7: 7).
2.      Carpe diem: Puesto que nuestra vida es breve, aprovecha el día, aprovecha el tiempo. Su significado adquiere matices según la época, desde que apareciera en Horacio (Odas, I, 11). Puede referirse a disfrutar de la vida o a aprovechar el tiempo para realizar cosas de provecho.
3.      Collige, virgo, rosas: Recoge, jovencita, las rosas, es decir, recoge los frutos de tu juventud que, como la rosa, se marchita pronto. Es otra manera de expresarse el carpe diem; en este caso, el origen es Ausonio.



4.      Homo viator: El hombre caminante. La vida es un caminar (el camino es el transcurso del tiempo desde el nacimiento hasta la muerte). Jorge Manrique decía: “Esta vida es el camino / para el otro, que es morada / sin pesar” y también “Nuestras vidas son los ríos”. Los pasos que se dan son las decisiones que se toman, la trayectoria que le damos a nuestra existencia. Por tanto, se vincula a los tópicos de la vida, pero también a los del transcurso del tiempo: el Carpe diem, desde un punto de vista cristiano, o sencillamente del aprovechamiento del tiempo, te señalará lo apropiado de elegir buenos pasos.


DE LA VIDA (Isn’t life strange?, J. Lodge, The Moody Blues). Tópicos:

5.     La Fortuna: Que rige caprichosamente el destino de los seres humanos con su rueda. Es opuesta a lo que hemos dicho anteriormente de las decisiones y los pasos. Hoy estás arriba y mañana abajo, y viceversa, por buena o mala suerte.
6.      Locus amoenus: Lugar ameno, lugar agradable, naturaleza idealizada reflejo del Paraíso. Es la localización de las églogas.
7.      Beatus ille: Felices aquellos que viven sin ambición, aquellos que eligen una vida de paz, retirada y apacible. Reflejo de la vida en el Paraíso en la Edad Dorada. Tópico de Horacio.
8.      Vanitas vanitatis: Vanidad de vanidades, dijo el predicador (Eclesiastés 1: 2). Lo que ambiciona el hombre, aquello por lo que se afana (riquezas, fama, belleza, …) es vanidad, no vale para nada todos nuestros trabajos en la tierra para alcanzarlos: al fin, mueres y, ¿para qué? ¿Qué es lo que merece, entonces, la pena? Este tópico se relaciona con los anteriores del transcurso del tiempo y con los siguientes de la muerte.
9.      La vida es sueño: Eso que nosotros creemos, que la vida es real, es realmente un sueño. Pasa muy rápido y entonces accedemos a la verdadera vida. Calderón lo plasmó en su obra La vida es sueño y también en el Gran teatro del mundo: esta vida es como una representación teatral donde cada uno interpreta el papel que le toca (Fortuna): uno es rey, el otro un siervo. Sin embargo, cuando acaba la obra (la vida) cada uno deja sus disfraces (corona, harapos, …) y pasan a la verdadera vida (los personajes no eran más que actores): aquí se ve el poder igualatorio de la muerte. Lo que creemos real no es más que un sueño: si has visto la película Matrix tal vez entiendas mejor este tópico.
                                      Fondos y Wallpapers Gratis
DE LA MUERTE Y EL AMOR QUE VA MÁS ALLÁ. Tópicos:

10.  El poder igualatorio de la muerte: La muerte nos hace a todos iguales, acabando con las discriminaciones y las clases sociales, pues todos tenemos que morir.
11.  Memento mori: Recuerda que morirás. Tener conciencia de que somos mortales puede influir para que cambiemos de estilo de vida. Es el fraile o santo con la calavera de un amigo muerto cerca, para no olvidar este hecho. Ser o no ser, he ahí la cuestión, decía Hamlet.
12.  Ubi sunt?: ¿Dónde están? Todos aquellos hechos, objetos y personas que tanto influyeron, ¿ahora dónde están? No están, han desaparecido, han muerto (de nuevo, el tamo que arrebata el viento, la fugacidad de la vida). Ya no existen y apenas se recuerdan. Dentro de unos diez años, pregúntate si los jóvenes que entonces tendrán tu edad saben quiénes son  los cantantes o futbolistas que ahora te gustan; acuérdate del actual presidente del gobierno y de los problemas que te preocupan. ¿Dónde estarán?
13.  Amor post mortem: Amor más allá de la muerte. El amor es más poderoso que la muerte y la trasciende.

http://ellaberintodelostopicos.blogspot.com.es/2010/06/listado-de-topicos-literarios.html

He dejado una presentación en Power Point en http://cms.manojitos-de-mirra.webnode.es/literatura-universal/

Ejercicio 1. Repasa las cuatro fases de los arquetipos de Frye y enumera cuatro películas relacionadas con cada una de esas fases.


Si respondes de manera satisfactoria, estoy dispuesto a darte hasta 0’05 puntos de aprobación. 

Ejercicio 2. a) Copia otras definiciones de los tópicos literarios mencionados, usando como fuentes de información libros de texto de ESO o Bachillerato, o bien páginas web; si no de todos, sí al menos de todos cuanto puedas (0'07 ptos. de aprobación). b) Amplía la información con respecto a lo que significa cada uno, para que te quede más claro; si es necesario, incluye ejemplos (0'1 pto. de aprobación). c)  Por  último, localiza las fuentes de los tópicos (muchos los he mencionado, pero quiero que traigas los textos de donde proceden originalmente; 0'1 pto.).

Ejercicio 3. Lee los primeros cincuenta versos del Canto VI de Altazor, de Vicente Huidobro, y haz su resumen, o bien explica por qué no puedes hacer ese resumen, si cada palabra que aparece allí tiene un significado y las oraciones parecen bien construidas. 

Hasta 0,03 ptos. de aprobación.

El texto lo hemos tomado de http://www.vicentehuidobro.uchile.cl/altazor_canto6.htm, por si deseas leerlo al completo:


CANTO VI
Alhaja apoteosis y molusco
Anudado
                   noche
                            nudo
El corazón 
5
Esa entonces dirección
                                    nudo temblando
Flexible corazón la apoteosis
Un dos tres
                  cuatro
10
Lágrima
                    mi lámpara
                                        y molusco
El pecho al melodioso
Anudado la joya
15
Con que temblando angustia
Normal tedio
                   Sería pasión
                   Muerte el violoncelo
Una bujía el ojo
20
                             Otro otra
Cristal si cristal era
Cristaleza
Magnetismo
                   sabéis la seda
25
Viento flor
                   lento nube lento
Seda cristal lento seda
El magnetismo
                             seda aliento cristal seda
30
Así viajando en postura de ondulación
Cristal nube
Molusco sí por violoncelo y joya
Muerte de joya y violoncelo
Así sed por hambre o hambre y sed
35
Y nube y joya
Lento
         nube
         Ala ola ole ala Aladino
El ladino Aladino Ah ladino dino la
40
Cristal nube
Adónde
         en dónde
Lento lenta
                   ala ola
45
Ola ola el ladino si ladino
Pide ojos
                   Tengo nacar
En la seda cristal nube
Cristal ojos
50

domingo, 30 de septiembre de 2012

ENTREVISTA A TED COHEN EN LA VANGUARDIA


Ted Cohen, filósofo de la metáfora
Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet
"Supuramos metáforas: por eso somos humanos"
18/08/2011 - 00:00

Pensar en los otros

Ted Cohen es menudo y fibroso, con el aspecto que uno imagina en un filósofo judío medieval. Se doctoró en Filosofía en Harvard y ha reflexionado sobre la estética de Kant y sobre la metáfora. "Hay un misterio en el corazón de la metáfora", apunta en su ensayo Pensar en los otros (Alpha Decay), y es así: ¿qué resorte nos faculta para captar la metáfora? ¿Qué rara habilidad es esa de imaginarte como otro? Puedes identificarte con otros al leer ficción, practicar un deporte, razonar o prefigurar tu futuro. Sobre el talento para la metáfora, subtitula su ensayo; talento específicamente humano. Me pregunto qué y quién ve cuando me veo, y cómo alguna parte de mí ha modelado esta metáfora de mí.


¿Qué es la metáfora?
Lo que nos hace humanos.

¿No era el lenguaje?
Lo indiscutible es que el ser humano es la única criatura con capacidad metafórica, con talento para la metáfora.

¿En qué consiste ese talento?
Captas un retorcimiento del lenguaje que dice que una cosa es otra, ¡y lo entiendes!
 Por ejemplo.
"El señor es mi pastor", dice la Biblia. Identificar a Dios con un pastor de ovejas podría ser incomprensible, pero no: entiendes.

¿Cuál es su metáfora favorita?
"Macbeth mató al sueño", dice Shakespeare. Se entiende: el sueño perdura, pero se altera el ánimo con que entramos en él.

Quizá no sea posible hablar o pensar sin metáforas.
Sí lo es: si señalo una taza y digo "esto es una taza", uso lenguaje literal: la metáfora –uso inusual del lenguaje– es posible porque hay un uso usual del lenguaje.

Y un uso metafórico ¿puede pasar a convertirse en un uso literal?
Un día alguien dijo que una música era azul, blues: construyó una metáfora. Y lo que fue lenguaje metafórico es hoy lenguaje literal: blues como género musical. Una metáfora muere... y engendra un sentido literal.

"Una metáfora muere": ¡acaba de hacer usted una metáfora!
Somos animales metafóricos. Somos fabricantes de metáforas. Somos lectores de metáforas. Supuramos metáforas.

Viéndote otro, ¿aprendes a ser tú?
Somos metáfora del otro, sí. Así es como entiendo que podrá afectarme a mí todo aquello que haya afectado a otro. Empatía.


Sin capacidad para la metáfora, ¿habría arte?
El arte narrativo sería imposible.

¿Y el pictórico?
Tú miras un cuadro, ¿y qué estás viendo? "Es Jesucristo", dices, pero es una imagen de una suposición de Jesucristo. Metáfora.

¿Y el séptimo arte?
Vas al teatro y dices: "Es John Wayne"; lo es..., pero vas al cine y dices: "Es John Wayne" de una imagen filmada de Wayne en movimiento. ¡Está bien llamarlo movies!

¿Algún cineasta muy metafórico?
Buñuel representa en Viridiana una cena de mendigos... que representa a su vez la Última Cena de Jesucristo: si no conoces el referente bíblico, no puedes ver esa escena.

Las claves religiosas son constantes en el arte, ciertamente...
Buñuel odia y ama a la vez a la Iglesia, como Picasso a los toros, que representan la vieja España.

Ahora nos identificamos con clubs de fútbol.
Si pierde mi equipo..., es como si yo perdiese: opera nuestro talento metafórico. Yo no he jugado, pero digo: "Hemos perdido".
 Actividad 4
El talento alto para la metáfora ¿me hace mejor persona? ¿Leer me hace mejor?
Leer te ayuda a comprender mejor al otro: para ayudarle... ¡Pero también para dañarle!

¿Hasta qué punto es posible comprender al otro (y viceversa)?
Ja, ja, es imposible, la verdad..., ¡pero debemos intentarlo! "Vivimos como soñamos: solos", dijo Marlowe. Es noble intentar lo imposible, decía Borges: ¡mire a Don Quijote!

¿Qué veo cuando creo que me veo?
Tu salud mental pasa por tu capacidad de verte a ti mismo en el futuro. ¡Esfuérzate!

Mujer hermosa con tulipanes rosa - Woman and tulips


EJERCICIOS PROPIOS DEL TEXTO

  1.         Contesta: ¿Cuál es el séptimo arte?
  2.     Completa la siguiente tabla con datos del texto:
El filósofo Ted Cohen menciona mucho el arte, diferentes tipos
PINTURA
LITERATURA
CINE
Referencia a cuadros
Pintor
Libro
Escritor
Obra
Personaje
Director
Actor
Película



















































¿Qué otro arte, que no está en la tabla, se menciona?




  4.     El propio entrevistado usa metáforas al contestar. ¡Es imposible hablar sin ellas! Observa de nuevo el texto. He marcado en amarillo las metáforas. Explícalas.

¿Qué es la metáfora?
Lo que nos hace humanos.
¿No era el lenguaje?
Lo indiscutible es que el ser humano es la única criatura con capacidad metafórica, con talento para la metáfora.
¿En qué consiste ese talento?
Captas un retorcimiento del lenguaje que dice que una cosa es otra, ¡y lo entiendes!
Por ejemplo.
"El señor es mi pastor", dice la Biblia. Identificar a Dios con un pastor de ovejas podría ser incomprensible, pero no: entiendes.
¿Cuál es su metáfora favorita?
"Macbeth mató al sueño", dice Shakespeare. Se entiende: el sueño perdura, pero se altera el ánimo con que entramos en él.
Quizá no sea posible hablar o pensar sin metáforas.
Sí lo es: si señalo una taza y digo "esto es una taza", uso lenguaje literal: la metáfora –uso inusual del lenguaje– es posible porque hay un uso usual del lenguaje.
Y un uso metafórico ¿puede pasar a convertirse en un uso literal?
Un día alguien dijo que una música era azul, blues: construyó una metáfora. Y lo que fue lenguaje metafórico es hoy lenguaje literal: blues como género musical. Una metáfora muere... y engendra un sentido literal.
"Una metáfora muere": ¡acaba de hacer usted una metáfora!
Somos animales metafóricos. Somos fabricantes de metáforas. Somos lectores de metáforas. Supuramos metáforas.
Viéndote otro, ¿aprendes a ser tú?
Somos metáfora del otro, sí. Así es como entiendo que podrá afectarme a mí todo aquello que haya afectado a otro. Empatía.

Sin capacidad para la metáfora, ¿habría arte?
El arte narrativo sería imposible.
¿Y el pictórico?
Tú miras un cuadro, ¿y qué estás viendo? "Es Jesucristo", dices, pero es una imagen de una suposición de Jesucristo. Metáfora.
¿Y el séptimo arte?
Vas al teatro y dices: "Es John Wayne"; lo es..., pero vas al cine y dices: "Es John Wayne" de una imagen filmada de Wayne en movimiento. ¡Está bien llamarlo movies!
¿Algún cineasta muy metafórico?
Buñuel representa en Viridiana una cena de mendigos... que representa a su vez la Última Cena de Jesucristo: si no conoces el referente bíblico, no puedes ver esa escena.
Las claves religiosas son constantes en el arte, ciertamente...
Buñuel odia y ama a la vez a la Iglesia, como Picasso a los toros, que representan la vieja España.

Ahora nos identificamos con clubs de fútbol.
Si pierde mi equipo..., es como si yo perdiese: opera nuestro talento metafórico. Yo no he jugado, pero digo: "Hemos perdido".

El talento alto para la metáfora ¿me hace mejor persona? ¿Leer me hace mejor?
Leer te ayuda a comprender mejor al otro: para ayudarle... ¡Pero también para dañarle!

¿Hasta qué punto es posible comprender al otro (y viceversa)?
Ja, ja, es imposible, la verdad..., ¡pero debemos intentarlo! "Vivimos como soñamos: solos", dijo Marlowe. Es noble intentar lo imposible, decía Borges: ¡mire a Don Quijote!

¿Qué veo cuando creo que me veo?
Tu salud mental pasa por tu capacidad de verte a ti mismo en el futuro. ¡Esfuérzate!